Durante la primera reunión de la comisión creada por el Senasa, se expusieron las exigencias de la Unión Europea sobre el uso de 17 β estradiol y las posibles alternativas que puede ofrecer la Argentina.
Se realizó la primera reunión de la Comisión Nacional de Sanidad Animal y Bienestar de los bovinos y bubalinos (Conab) creada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) con el objetivo de mantener actualizadas las normas sanitarias y facilitar su aplicación y cumplimiento.
De esta comisión, que funciona en el ámbito de la Dirección Nacional de Sanidad Animal (DNSA) del Senasa, participan representantes de organismos públicos y del sector privado, entre ellos el INTA, universidades, CONICET, representantes del sector productivo, de comercialización y el industrial, así como Colegios y Consejos veterinarios.
Durante esta primera reunión, el Senasa informó sobre la reciente auditoría de la Unión Europea (UE) realizada sobre residuos en carnes bovinas y contaminantes en animales vivos y productos animales, y sobre las propuestas de normas, considerando que la UE exige que los animales que proveen carne para exportar a ese destino no hayan recibido 17 β estradiol y sus ésteres en toda su vida.
Las autoridades del Senasa explicaron el contexto regional y las experiencias de las auditorías similares de la UE sobre residuos en países vecinos (Paraguay y Uruguay) y las medidas sanitarias tomadas por éstos, que fueron consideradas por el Senasa a la hora de proponer a la UE el esquema de garantías sobre el no uso de 17 β estradiol y sus ésteres en vacas y vaquillonas que se destinen a faena UE.
Asimismo, se explicó que la Argentina ofreció al bloque sostener su uso en nuestro país y al mismo tiempo garantizar su no utilización en los animales destinados a faena UE cumpliendo con la exigencia del bloque comunitario.
El presidente de la FeVA, Federico Berger, declaró luego de participar de la reunión que la profesión veterinaria, la industria y los productores coinciden en que no debe dejar de usarse el 17 β estradiol en la Argentina.
“Sobran argumentos para demostrar que su uso no representa ningún riesgo para la salud de las personas”, señaló Berger y explicó: “Una vaca con celo natural provoca mayor cantidad de 17 β que las dosis que se aplican de forma exógena en los tratamientos.”
Por otro lado, Berger sostuvo que “prohibir su uso traería graves consecuencias para el avance genético de la ganadería, lo que resultaría en un daño muy importante para la Argentina y su producción”.