La Sociedad de Medicina Veterinaria fue el marco ideal para que a mediados de 2018 se presentara el proyecto Ganadería Siglo XXI, elaborado de forma mancomunada por profesionales de la entidad anfitriona, la Federación Veterinaria Argentina y la Coordinadora Federal de Consejos y Colegios.
Fue allí el médico veterinario Guillermo Berra quien dejó en claro que el proyecto pone en el centro de la escena a los veterinarios rurales y los productores ganaderos. “Es de participación voluntaria y tiene por finalidad estimular y certificar la producción bovina eficiente, que sea ambientalmente sustentable bajo buenas normas de bienestar animal y socialmente responsable, con buenas prácticas laborales en los rodeos de cría bovina”, explicó.
El profesional contextualizó la iniciativa describiendo una situación mundial en la cual la producción vive dos caras de una misma moneda: ser una fuente de alimentos de alto valor biológico para la nutrición de los seres humanos y, a la vez, uno de los principales emisores de gases GEI de origen antropogénico.
“Se empieza a usar el tema de la temperatura del plantea como barrera arancelaria. Si queremos una argentina con saldos exportables nos encontremos con restricciones. Ya no tenemos que ser solamente eficientes”, explicó Berra. Y avanzó: “Por eso, el proyecto Ganadería Siglo XXI que estamos presentando se propone reconocer a los establecimientos que trabajen bien a través de la certificación de un profesional veterinario, reduciendo así las emisiones y promocionando al país con una propuesta proactiva”.
Producir más y mejor
Con un stock bovino que hoy supera los 52 millones de cabezas, nuestro país cuenta con más de 200 mil establecimientos ganaderos (58% dedicados a la cría, 14 % a la invernada, 20% mixtos, 8% tambos) y no logra superar el rango del 62% de destete. “Ser eficientes en términos productivos implica reducir las emisiones que generamos por unidad de producto. Es el momento de mejorar”, aseguró Guillermo Berra.
Estrategia de Intervención
Los establecimientos participarán de la certificación estratificados según el número de vientres, tipo de explotación y zona agroecológica donde se lo ubique geográficamente. Esto es clave sobre todo si tenemos en cuenta que algo más del 50% de los establecimientos tienen hasta 100 vientres (menos del 10% de la totalidad de esta categoría animal en todo el país). Serán certificados según indicadores verificables de eficiencia productiva, (sanidad, reproducción y nutrición), cuidados del ambiente (cambio climático y biodiversidad), bienestar animal (5 requerimientos o dominios) y seguridad laboral (ART). Todas recibieron una ponderación distinta, destacándose el impacto de la eficiencia productiva a nivel general y el cumplimiento de los planes sanitarios mínimos, en lo particular.
“Estamos armando un proyecto para las generaciones que vienen. Nuestros profesionales van a tener que interactuar de esta manera. Estamos arrancando con esto, se van a ir sumando entidades y, por último: las fotos de los presidentes. Si tenemos denominadores comunes, podemos potenciarnos”, aseguró Berra, al tema que adelantó la firma de un convenio Macro para que la Facultad de Ciencias Veterinarias de Tandil (UNICEN) se sume al proyecto.
A su turno, el presidente de la Federación Veterinaria Argentina, Dr. Héctor Otermin destacó que si la ganadería local incorporara los conocimientos y tecnologías que actualmente están disponibles, el estancamiento de la actividad podría quedar atrás. “Es hora de que nuestra profesión proponga acciones de largo plazo. No buscamos solamente sumar voluntades de instituciones amigas, sino que el Estado lleve adelante este tipo de iniciativas”, aseguró Otermin. Y ejemplificó: “Todas las cuestiones que aborda el proyecto Ganadería Siglo XXI pueden transformarse en barreras pararancelarias para nuestro país. Tenemos que dar garantías para proveer al mundo de alimentos sanos e inocuos”.
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