Las sugerencias del Senasa permiten controlar la parasitosis, evitar el desarrollo de resistencia y preservar las drogas disponibles.
Para el control de la garrapata del bovino, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recomienda la aplicación de tratamientos garrapaticidas de manera estratégica, mediante un uso racional y la alternancia de productos veterinarios con principios activos (drogas) diferentes.
Conocer el ciclo de vida que la garrapata Rhipicephalus microplus desarrolla sobre el bovino y en el ambiente, permite evaluar y planificar cada tratamiento, con el objetivo de obtener la eficacia buscada y evitar el desarrollo de resistencia por parte del parásito, destacaron desde el Programa Nacional de la Garrapata Común del Bovino del Senasa.
Un tratamiento estratégico debe basarse en la alternancia o rotación periódica de los garrapaticidas utilizados, con diferente principio activo (amitraz, piretroides, mezclas de piretroide y fosforados, ivermectina, doramectina, abamectina, fipronil, fluazuron) y forma de aplicación (baños, inyectables o pour-on).
Los productos veterinarios garrapaticidas utilizados, que deben estar registrados y aprobados por el Senasa, deber ser administrados siguiendo las indicaciones de uso del laboratorio elaborador, que se encuentran en el prospecto o en la caja del envase.
Cabe destacar que una aplicación segura requiere de respetar las indicaciones de uso, dosificación, intervalo entre dosis, vía de administración, periodo de carencia o retirada (prefaena y ordeñe), poder residual y contraindicaciones.
Recomendaciones
Cuando se usan productos inyectables o pour-on (derrame dorsal), es fundamental que la dosis se ajuste al peso del animal para evitar una sobre o una sub dosificación del producto y, en consecuencia, efectos adversos o secundarios en los animales o una falla en la eficacia del producto.
Además, un uso responsable de los tratamientos utilizados evita la acumulación de residuos de principios activos o sus metabolitos en los tejidos, por encima de los límites máximos permitidos en la elaboración de productos y subproductos de origen animal y de esta manera, se asegura que resulten inocuos para el consumo humano.
Para un uso racional de estos productos veterinarios, se deben evitar los malos hábitos de tratamientos mono drogas (reiterar el uso del mismo producto o principio activo) y su utilización hasta el agotamiento, camino que conduce inevitablemente a la falla de eficacia y al desarrollo de resistencia a los medicamentos utilizados, por parte de las garrapatas.
Los reiterados tratamientos con una sola droga o distintos productos comerciales formulados en base a los mismos principios activos, constituyen la principal causa del desarrollo de cepas de garrapatas resistentes.
Cabe alertar además sobre la posibilidad de dispersión de estas cepas resistentes hacia otros establecimientos, debido al traslado de animales parasitados, provocando un impacto negativo sobre su sanidad y productividad.
Antes de aplicar un tratamiento, y para preservar las drogas disponibles, la eficacia de los tratamientos garrapaticidas y evitar el desarrollo de resistencia, es necesario que los productores de ganado bovino realicen, a través de un veterinario, un diagnóstico de laboratorio que les permita conocer el perfil de sensibilidad de la cepa de garrapata de su establecimiento a los productos que se quieran emplear.
En la página Web del Senasa se puede consultar el listado de productos garrapaticidas aprobados. En todos los casos se deben leer las indicaciones e información provista en los impresos (rótulos) de cada producto para conocer los cuidados y restricciones que deben respetarse.
El Programa Nacional de la Garrapata Común del Bovino del Senasa pidió difundir estas recomendaciones y puso a disposición, ante cualquier duda o consulta, su correo electrónico: garrapatas@senasa.gob.ar
Fuente: Senasa