La violencia hacia los y las profesionales veterinarios no puede naturalizarse ni dejarse pasar.
Desde FeVA expresamos nuestro repudio absoluto frente a la agresión sufrida por una colega en Córdoba.
Quienes trabajan día a día cuidando la salud animal y previniendo enfermedades zoonóticas merecen respeto y protección.
La integridad física y emocional de nuestros profesionales es un derecho y una responsabilidad social.
Acompañamos a la profesional agredida y a su familia, y renovamos nuestro compromiso en seguir trabajando para garantizar entornos seguros para todos y todas.
Una sociedad verdaderamente educada se construye desde el respeto.


