La prescripción de una vacuna es un acto exclusivamente médico, por lo que su implementación debería estar bajo la estricta supervisión de un médico veterinario…
Escribe el MV. Leonardo Mauro
Dpto. Técnico – Línea Providean Viratec
Tecnovax SA
La prescripción de una vacuna es un acto exclusivamente médico, por lo que su implementación debería estar bajo la estricta supervisión de un médico veterinario.
La aplicación de medicina preventiva en la clínica de pequeños animales, debe iniciarse en todos los casos con la completa revisión del paciente, de la nariz a la cola, con el objetivo de determinar las condiciones generales del animal que va a ser sometido a la vacunación.
A continuación y mediante la realización de un pequeño cuestionario al tenedor del animal, se deberá definir el riesgo del mismo, por estilo de vida, para adquirir alguna de las enfermedades que son prevenibles mediante la vacunación. Se deberá evaluar:
- 1. Estado nutricional y sanitario
Parasitismo externo e interno
Cirugías previas
Enfermedades concomitantes
Medicinas compatibles o incompatibles con la vacunación, etc.
2. Edad
- Cachorro
- Adulto
3. Sexo
- Macho
- Macho castrado
- Hembra
- Hembra castrada
- Hembra gestante
4. Raza
- Susceptible de enfermar
- Difícil de inmunizar
- Predispuestas a reacciones no deseadas
5. Riesgo potencial de enfermedad
- Definido por prevalencia de la enfermedad en la zona
- Zonas periurbanas altamente contaminadas (Parvo/Distemper)
- Zonas en donde existen condiciones ambientales favorables (Leptospirosis)
- Definido por estilo de vida del animal
- Animal individual
- Animal de criadero
- Animal de refugio
- Animal de exposición
- Definido por necesidad de inmunización temprana
- Animales de razas llamadas “potencialmente peligrosas” que deberán ser estimulados y socializados de forma temprana.
- Otros animales en donde se requiera una exposición temprana a fuentes potencialmente contaminadas.
En base a los ítems anteriores y definida la situación, se puede concluir si el animal presenta alguna particularidad médica preexistente, que condicione la prescripción de un tratamiento o si el animal se encuentra en buenas condiciones de salud que permitan la prescripción y posterior aplicación de un producto biológico preventivo, que podrá ser suministrado en esa misma actuación por el profesional actuante o en su defecto a posteriori por personal entrenado bajo la supervisión del mismo.Existen distintos tipos de vacunas, las habituales son:
- A bacteria (bacterina) o virus muerto
- Con o sin adyuvantes
- A bacteria o virus vivo atenuado
- Recombinantes
Estos productos son distintos en cuanto a su forma de producción, formulación y en su mecanismo de acción. A su vez tienen distintas aplicaciones e indicaciones.
Prevención de:
- Enfermedades producidas por bacterias (extracelulares)
- Enfermedades producidas por virus (intracelulares)
- Enfermedades que cuya protección depende de anticuerpos (Inmunidad humoral)
- Enfermedades cuya protección depende de células (Inmunidad celular)
El médico veterinario es el único que conoce los diferentes productos biológicos disponibles comercialmente en el mercado y las características de las distintas enfermedades contra las que se debe lograr protección, y está capacitado para prescribir cuál de todos los productos es el más indicado para cada animal en forma individual. Con respecto a fallas en la inmunización podemos decir que aun utilizando las mejores vacunas disponibles, si el diseño de un plan de vacunaciones es erróneo, muchos animales podrían quedar sin protección.
El médico veterinario es la única persona capacitada para diseñar planes de vacunación basados en conceptos racionales, surgidos de los conocimientos actuales en inmunología/vacunología y no en una mera elección caprichosa.
En relación a efectos no deseados luego de la vacunación, como médicos veterinarios con experiencia, sabemos que ninguna práctica, ni ningún producto son 100% seguros, y la aplicación de vacunas no escapa a esta regla.
El médico veterinario es el único que conoce que vacunas deberán ser utilizadas para cada animal, no solo con la finalidad de su protección, sino también para hacer de la vacunación una práctica mucho más segura.
Si a pesar de las medidas precautorias se presenta una reacción no deseada a consecuencia de la administracion de una vacuna, el médico veterinario es el único capacitado para hacer frente a esta situación, que en manos neófitas podría llegar a comprometer la vida de ese animal. La aplicación de una vacuna es una práctica simple, la prescripción de un plan racional de vacunaciones que tienda a lograr la protección del mayor número de animales posibles de forma segura, es un acto complejo. Únicamente el médico veterinario está preparado para hacer un análisis de cada situación en particular y tomar la mejor decisión.
Si se realiza el trascendental acto de la vacunación de manera automática y sin pensar, es factible que puedan surgir problemas o en otro sentido, que queden algunos animales sin el adecuado nivel de inmunización. Algunas de las enfermedades que se intentan prevenir a través de la aplicación de vacunas pueden ser transmitidas al hombre:
- Leptospirosis
- Rabia
En este sentido el médico veterinario trabaja como agente primario de salud, colaborando eficazmente para evitar la diseminación de éstas enfermedades hacia las personas de su entorno. Cada consultorio veterinario es en alguna medida un Centro Médico en donde se trabaja en favor de la Salud Pública.
El médico veterinario es el único que conoce la prevalencia de estas zoonosis en la zona en donde desarrolla su actividad, y por lo tanto puede definir con precisión el riesgo para una determinada población de enfermar. En base a esto, podrá recomendar la cantidad de vacunaciones y el intervalo entre las mismas, que dichos animales necesitaran para estar protegidos, y como una consecuencia directa proteger a la población humana que vive en contacto con ellos.
El médico veterinario se encuentra preparado para definir ¿Qué vacuna hay que aplicar?, ¿A quién? y fundamentalmente ¿Por qué? se debe administrar.